viernes, 18 de septiembre de 2009

MARCHITA

*Foto que tomé prestada de:
http://www.flickr.com/photos/juguetta/3673167408/

Desilusionada. Opacada. Dolorida por el impacto. Con la herida abierta, aún sangrando. Con la angustia de descubrirme no omnipotente. Con la capacidad de soñar reducida a su mínima expresión. Con la certeza de que todo lo que me pasó fue por una justa causa. Convencida de que voy a aprender dos cosas: a saber que no todo el mundo es de confianza y a distinguir entre los confiables y los no.


La gente, muchas veces, no es lo que uno espera. Ni siquiera es capaz de manejarse con los mismos códigos que uno. Ni con códigos.

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